La belleza de las estrellas no tiene límite: esas bolas ígneas de helio e hidrógeno entre otros hacen del cielo nocturno un espectáculo digno de ver. Formando constelaciones, asterismos, cúmulos, etc., estos puntos luminosos han fascinado a los hombres desde generaciones, atribuyéndoles poderes, divinidades; uniéndolas para crear dibujos... Y es que nosotros tenemos parte de estrellas, y quizá por ello nos suele atraer su visión en el firmamento nocturno. Comprobad a continuación sólo unos pocos ejemplos de este belleza.
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