Los cometas son seres fascinantes y bellos de tal forma que merecen un hueco para ellos en cualquier sitio, serie, libro astronómico que se precie. Son rocas de hielo y polvo elegantes que, prefiriendo la belleza a la vida, deciden lanzarse a viajar cerca de estrellas para mostrar una belleza exhuberante en forma de cola. Y esta vanidad les cuesta cara: esa cola se compone de fragmentos de sí mismos que a medida que se acercan a la estrella van perdiendo. Y si tienen el tamaño suficiente, podrían completar su cíclico paseo sin desaparecer, si no fuera porque lo van repitiendo hasta su fin... Sólo hay que verlo para comprobar que merece la pena.
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