Al igual que las estrellas no hacen su eterno viaje solas, sino acompañadas de los planetas, éstos tampoco se encuentran sin compañía: alrededor de muchos de ellos rondan los satélites. Estos cuerpos suelen surgir de los restos del material de la nebulosa utilizados para los planetas, aunque también suceden excepciones: hay ocasiones en que un asteroide extraviado, por ejemplo, viajando por el cosmos es atraído por la gravedad de un planeta y termina orbitando a su alrededor; o bien por algún motivo un planeta pierde parte de su ser, y esta parte se queda como un satélite. Pero no todos los planetas tienen la suerte de tener compañía: Mercurio y Venus, por ejemplo, van solos. Vean algunos ejemplos de satélites a continuación.
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